Para determinar si los peces tenían cabeza para los números, el equipo hizo uso del hecho de que las hembras que estaban siendo acosadas por un macho huían hasta el mayor banco de peces cercano para refugiarse.
En su experimento, la hembra de pez examinada se encontraba en un tanque de agua central, separado de dos tanques adyacentes que contenían bancos de peces de distintos tamaños y que en ella podía ver.
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